Pequeño homenaje al ENETI

Redacción:  Olimpia Mailat

Corrección: María Luján Rubio

Artículo escrito por Olimpia Mailat y revisado por María Luján Rubio.

Si, al igual que yo, hace un mes pensabas que a estas alturas estarías de camino a Murcia, haciendo las maletas, o averiguando dónde encontrar los mejores paparajotes, puede que estos días tú también te sientas un poco más triste. A la incertidumbre, los horarios de sueño alterados y la inexplicable imperiosa necesidad de hacer pan, le sumamos el no poder disfrutar del XVII ENETI, uno de los eventos estudiantiles más esperados del año. Como tengo mucho tiempo para pensar y lo más seguro es que el sueño no me llegue hasta dentro de unas horas, voy a aprovechar para reflexionar y recordar qué significa este evento anual para mí y compartirlo contigo.

Es probable que todavía no sepas de qué estoy hablando. Si es así, solo necesitas saber que el Encuentro Nacional de Estudiantes de Traducción e Interpretación es un congreso sin ánimo de lucro, organizado cada año en España por una universidad distinta entre las que imparten Traducción e Interpretación. En pocas palabras, es un evento enriquecedor y la excusa perfecta para visitar otra ciudad, hacer amistades y conocer mejor todas las posibilidades que ofrecen estos estudios. Si ya has estado en algún encuentro, sabrás a qué me refiero, aunque supongo que todo el mundo lo vive de una manera diferente.

Mi primer ENETI fue el inicio de muchas cosas. Se celebró hace ya cuatro años y tuve la suerte de formar parte del equipo de voluntarios que lo organizaron. Recuerdo que acabé en ese equipo más o menos unas dos semanas después de haber empezado el primer curso del grado y que no entendía muy bien qué estaba pasando ni en qué mundo vivía. Para cuando el congreso acabó, ya sabía un poco más sobre el mundo profesional, empecé a plantearme nuevas posibilidades para el futuro y había formado unas amistades de las que hoy en día sigo disfrutando y valoro. Parecía que el final no iba a llegar, pero cuando llegó, no podía esperar a que se celebrara el siguiente encuentro, al igual que muchas otras personas. Desde entonces, he procurado estar en todos los ENETI que se han celebrado, hasta ahora, por supuesto.

Me parece que, si es posible, son algo que hay que vivir al menos una vez como estudiante de TeI y que todo el mundo suele salir de ellos con una mentalidad más positiva. Y es que de estos encuentros he aprendido varias cosas que he podido volver a comprobar año tras año. Una es que hay más posibilidades profesionales y especialidades de las que se nos suelen presentar en el grado, y estos congresos son la oportunidad perfecta para descubrirlas, ya que sus programas suelen ser bastante variados. Otra de las cosas que he ido viendo y me sorprendió bastante al principio fue lo dispuestos que están la mayoría de los profesionales a echarle una mano al estudiantado. El ENETI facilita bastante el contacto directo entre el mundo profesional y el estudiantil, por lo que es la ocasión perfecta para conocer, desvirtualizar y consultar a muchas personas. Conocer su experiencia es algo muy útil, sobre todo para quienes deseen conocer de primera mano los entresijos de las especialidades que más les interesan y saber qué dificultades y beneficios pueden esperarles en el futuro.

Otra de las cosas que me han quedado claras es que los estudiantes podemos hacer bastante más de lo que solemos creer. Organizar un evento como este no es nada fácil y requiere mucho tiempo y esfuerzo, pero los equipos de organización siempre dan lo mejor de sí y consiguen montar algo inolvidable. El equipo del XVII ENETI de Murcia no ha sido ninguna excepción, por lo que es todavía más triste que el encuentro no se haya celebrado. Solo tenéis que entrar en su página web o echarles un vistazo a sus redes sociales para ver todo lo que tenían preparado y comprobarlo.

En definitiva, estos encuentros suelen compensar las carencias que podamos tener en nuestros estudios porque nos ayudan a ver las cosas desde otra perspectiva y a conocer las experiencias de otras personas, tanto profesionales como estudiantes. Además, suelen tener el efecto secundario del “subidón motivacional”, que viene genial para cuando llega el final de curso. Como ya he dicho, por muy bien que intente explicarlo, la mejor manera de comprender todo esto es viviéndolo. Lo cierto es que estamos pasando por una situación muy extraña y, posiblemente, habrá muchos cambios en nuestra vida a partir de ahora. Aun así, a pesar de no saber qué nos esperará el próximo curso, quisiera recomendarte que, si alguna vez vuelves a tener la oportunidad de ir a un ENETI, la aproveches. Te aseguro que no te arrepentirás. Hasta entonces, ¡cuídate mucho!