Doblaje, subtitulación y nivel de idiomas: una guerra de tres

Redacción:  Celia Soler Uguet

Corrección: Marina Gil Puerto

Artículo escrito por Celia Soler Uguet y corregido por Marina Gil Puerto.

No sé vosotros, pero la verdad es que no es la primera vez que tengo una conversación con personas que parecen ser unas entendidas del mundillo de la traducción audiovisual y que afirman que en España hay un nivel muy bajo de idiomas debido a que no vemos las películas en versión original. Después llega ese momento incómodo en el que tú les preguntas: «Pero, ¿tú cómo las ves?», y te contestan: «Uy, pues en español, no tengo ni idea de inglés y me da mucha pereza leer los subtítulos». Algo falla, ¿no creéis?

Empecemos por el principio. Este artículo no pretende centrarse en la guerra con el idioma inglés en la que se ven sumidos los españoles desde el principio de los siglos, sino que traslada su foco de atención a un tema más interesante a nivel traductológico: ¿doblaje o subtitulación? ¿Películas con voces adaptadas o películas en versión original subtitulada?

Los avances tecnológicos y desde luego la globalización han colocado a los EE. UU. en la cumbre de la cultura cinematográfica. Sus películas y series llegan prácticamente a cualquier parte del mundo en un abrir y cerrar de ojos. De hecho, una película con el sello americano y uno o dos nombres reconocidos, como podrían ser Emma Stone o Tom Hardy, es hoy en día sinónimo de éxito y llenaría seguro las cuatrocientas butacas deseadas por Hitchcock. En el momento en el que se produce un nuevo estreno cada país comienza a ponerse manos a la obra y bien doblará la película, la subtitulará o ambas cosas. Lo que está claro es que en España prevalece el doblaje. Esta forma de adaptar el contenido llegado del otro lado del charco recibe cada día más y más críticas entre las que se encuentran las mencionadas unos cuantos párrafos atrás, pero antes de despotricar contra esta, quizás se deberían tener en cuenta otros factores.

Dentro de Europa, el doblaje se utiliza mayoritariamente en países como Francia, Alemania, Italia, Austria o España, aunque por ejemplo en Alemania no se utiliza tanto como en nuestro país. La principal ventaja del doblaje es la facilidad o comodidad con la que se consume. Hoy en día el cine se ha convertido en un medio cultural más o menos accesible a todo el mundo, sin embargo, en un país como España, que ocupa el puesto 25 en la clasificación mundial del dominio de inglés y cuyo gran público no habla o no entiende dicho idioma, el doblaje se ha convertido en la forma de traducción audiovisual más cómoda. Por otra parte, el doblaje es mucho más estético que la subtitulación ya que permite disfrutar de la película sin que aparezcan nada más que imágenes en nuestra pantalla.

No obstante, la crítica hacia el doblaje no es del todo gratuita ya que este método tiene muchos defectos. En primer lugar, perdemos una parte fundamental del producto que nos ayuda a sumergirnos en la historia y que, además, le da una pizca de realidad. Me refiero aquí a la voz original del actor. En muchas ocasiones, las voces elegidas para doblar a una actriz o a un actor no son las más adecuadas y hacen que la actuación de estos pierda credibilidad. Un nivel más allá del producto que recibimos, se encuentran las consecuencias de no verlo en versión original, es decir, que al doblar al español todos los productos llegados del mercado inglés estamos perdiendo la oportunidad de mejorar nuestra lengua extranjera. Por último, hay que tener en cuenta que los costes para doblar una película son mucho más altos que para subtitularla, ya que, por ejemplo, en el doblaje es necesario contratar más agentes de trabajo como dobladores, montadores o jefes de producción. ¿Es entonces una ventaja o un inconveniente?

Por otra parte se encuentra la subtitulación, que se utiliza mayoritariamente en Portugal, Reino Unido, Rumanía, Ucrania y los países nórdicos. No obstante, tampoco deberíamos afirmar que esta es la crème de la crème pues también tiene sus defectos. Aparte del ya comentado defecto estético, la subtitulación puede llegar a ser cansada para alguien que no conoce bien el idioma original y tiene que leer todos y cada uno de los subtítulos que aparecen en pantalla. En ocasiones también puede resultar muy rápida para para las personas desescolarizadas o analfabetas y para los niños, aunque es cierto que en los países en los que se utiliza la subtitulación se suele recurrir al doblaje para las series y películas infantiles. Por último, los subtítulos también pueden distraer la atención del espectador respecto de lo que está ocurriendo en pantalla, cosa que resta valor estético al producto.

Sin embargo, no quiero que penséis que estáis ante una defensora incondicional del doblaje pues también opino que la subtitulación ofrece muchas ventajas como, por ejemplo, poder disfrutar del producto prácticamente tal y como lo haría una persona del país de origen y poder mejorar nuestros conocimientos del idioma original. Es por esto que la mayoría de jóvenes recurrimos al Internet para ver películas y series en versión original, ya sea porque nos gusta o porque queremos mejorar nuestro nivel de inglés, francés, etc. Sin embargo, a mi parecer, esto no significa que, por ejemplo, nuestro nivel de inglés sea pésimo a causa de nuestra predilección por el doblaje. Países como Alemania y Austria se encuentran en el top 10 de nivel de inglés del mundo y, sin embargo, tienden a utilizar el doblaje en la mayoría de sus películas.

¿Qué estamos haciendo mal, entonces? En una sociedad como la española, en la que se nos intenta enseñar un idioma como si de fechas históricas se tratara, basamos nuestro aprendizaje en poco hablar y mucha gramática, y así año tras año. Pero sobre este tema siempre es más fácil echar la culpa al mercado cinematográfico para que parezca que no hay otros problemas más importantes que solucionar.

En todo caso, es cierto que en nuestro país, a mi parecer, todavía se necesita avanzar mucho ya que, por ejemplo, el porcentaje de cines que ofrecen películas en versión original subtitulada en España sigue siendo muy bajo. La verdad es que no podemos pretender que de un día para otro se ponga el mundo patas arriba y se dejen de doblar todas las películas, pero sí que se podría optar por un cambio más gradual en el que la subtitulación fuera ganando poco a poco el peso que se merece. Nuestro nivel de inglés no depende solo del hecho de ver películas o series en el idioma original, pero lo que sí que está claro es que hacerlo desde que somos pequeños nos ayudaría a mejorarlo.

Después de haber recogido aquí en mi primer artículo todas mis opiniones y también mis dudas respecto a un tema que tanto admiro como es la traducción audiovisual, me gustaría saber qué opináis vosotros: ¿doblaje o subtitulación? Puede que todavía tengáis más dudas que antes de comenzar a leerlo o quizás tenéis las ideas muy claras. Continuará la polémica y continuarán las vacilaciones, pero al final de lo único de lo que no cabrá duda alguna es de que siempre nos quedará el cine.