Enseñanza de español como lengua extranjera

Redacción:  Elena Figal Gómez

Corrección: Celia Soler Uguet

Artículo escrito por Elena Figal Gómez y corregido por Celia Soler Uguet.

Si estás terminando la carrera, no tienes muy claro qué hacer a continuación y te gustaría reforzar tus idiomas de trabajo en un entorno de inmersión lingüística, una buena opción es dedicar un año a la enseñanza de español en el extranjero. Existen distintos programas de becas, como son las becas de auxiliar de conversación y los lectorados, que te permitirán posponer la búsqueda de empleo y entrar al mercado laboral con cierta experiencia profesional. Trabajar como docente te permitirá plantearte cuestiones lingüísticas sobre las que tal vez no habías reflexionado antes, y que, sin duda, te servirán de ayuda en el mundo laboral; tanto si te dedicas a la traducción o la interpretación, como si decides continuar dedicándote a la enseñanza.

Si decides solicitar una plaza como auxiliar de conversación en institutos de educación secundaria (aunque la mayoría de plazas están asignadas a institutos, también hay algunas asignadas a colegios de educación primaria y preescolar y a universidades), tienes que estar muy atento a la publicación de la convocatoria del MECD. Hay más de 800 plazas repartidas entre quince países; sin embargo, mucha gente se queda sin plaza por problemas con el plazo de solicitud: solo está abierto durante unas dos semanas (en diciembre, normalmente) y hay que presentar bastantes documentos, por lo que te recomiendo que prepares la documentación necesaria con cierta antelación para que no te pille el toro.

Lo primero es solicitar en tu facultad una Certificación Académica Personal (este documento puede tardar varios días en ser expedido, por lo que es mejor que lo solicites con antelación). Si no has terminado aún la carrera puedes solicitar una certificación parcial, es decir, con las notas de las asignaturas que ya has aprobado, y un documento que indique que estás matriculado en las asignaturas que te quedan por terminar. Ambos tienen que estar firmados y sellados por la facultad para ser oficiales, así que deberías tener en cuenta que pueden tardar unos días en ser expedidos.

Además de esto, hay que pedirle una carta de referencia a un profesor de tu facultad, cosa que tampoco puedes dejar para el último día, pues aparte de que necesitará tiempo para poder escribirla, puede que el primer profesor al que se la pidas no tenga tiempo en esas fechas o no esté dispuesto a hacerlo; por ello, lo mejor sería que hablases con un profesor que te conozca de clases en grupo reducido o porque hayas ido a alguna tutoría. Y bueno, si sacaste buena nota en su asignatura, ¡mejor!

Por otra parte, tendrás que redactar una carta de motivación de unas 200-300 palabras en la lengua del país que quieras solicitar. Hay cinco grupos de países en función del idioma (alemán, francés, inglés, italiano y ruso), y aunque puedes elegir más de un destino, tienen que pertenecer al mismo grupo lingüístico. Además, deberás preparar tu currículum en formato EuroPass tanto en español como en el idioma del grupo de los países que solicites, y rellenar el formulario de autobaremación, que te dará una idea bastante aproximada de la puntuación con la que vas a participar en la convocatoria. Por último, no olvides que también tendrás que escanear todos los títulos que menciones en tu currículo para adjuntarlos a tu solicitud.

Tienes que tener en cuenta que esta beca se cobra de forma mensual como un salario, lo que significa que el primer mes tendrás que costeártelo tú; esto puede salir más o menos caro en función del país y la región a la que vayas. Por otra parte, la carga de trabajo es de unas 18 a 16 horas a la semana, por lo que tendrás tiempo para buscar clases de idioma, o incluso otro trabajo a tiempo parcial si quieres ahorrar algo más (en algunos países puedes solicitar que te asignen más horas de enseñanza).

En este enlace encontrarás más información sobre la última convocatoria para el curso 2017-2018. Aunque ya se ha cerrado el plazo, encontrarás la información de este año sobre los países que participan, el importe y duración de la beca en cada caso, el alojamiento, si necesitarás seguro, permiso de trabajo y visado, si trabajarás en un solo centro educativo o en varios, etc.

Por su parte, el lectorado puede ser una opción más interesante si prefieres trabajar en una universidad y si te has graduado hace poco o estás a punto de hacerlo, ya que en muchos casos te ofrecerán la opción de cursar algunas asignaturas además de impartir clases. Hay distintas convocatorias:

En primer lugar, te recomiendo que consultes las ofertas que tenga tu universidad, ya que la mayoría tienen diferentes tipos de acuerdos de intercambio con varias universidades extranjeras. Puede que la convocatoria sea un poco caótica, sobre todo porque al ofrecer una variedad más amplia de destinos, suele haber distintos plazos, que varían en función del área geográfica entre otros factores; pero si encuentras alguna oferta que te llame la atención, no dudes en solicitarla. Al ser la bolsa de tu universidad, tendrás más posibilidades de obtener ese destino que si lo intentas a través de una convocatoria nacional (como las becas del MAEC-AECID, cuya convocatoria se acaba de publicar en el BOE, con lo que ya está abierto el plazo de solicitud hasta mitad de marzo), así que, ¡al loro! Normalmente estas becas están abiertas a todas las carreras, aunque hay destinos que piden una titulación específica: no te preocupes, Traducción e Interpretación suele ser una de las carreras más solicitadas junto con Filología Hispánica, ¡así que tenemos cierta preferencia!

Por otra parte se encuentra el programa de la Asociación Fulbright para ir como lector a Estados Unidos. Esta beca es para titulados universitarios, se solicita con un año de antelación y hay solo 14 plazas. La próxima convocatoria, que abrirá en mayo de 2017, permitirá solicitar una plaza para el curso 2018/2019 Es más difícil de conseguir, pero si tienes un buen expediente, ¡a por todas!

Entre otros requisitos, es necesario tener una formación acreditada o experiencia laboral demostrable como docente de idiomas y una certificación de nivel de lengua inglesa (concretamente el TOEFL o el IELTS) obtenida en los últimos dos años.

La documentación que hay que aportar incluye, aparte del DNI o pasaporte, una Certificación Académica Personal de la universidad y el título universitario (o, si aún no lo has recibido, el justificante de solicitud). También hay que presentar una fotografía reciente y tres cartas de recomendación.

Para tener más posibilidades de conseguir la plaza de tus sueños, si tu nota media no es muy alta, puedes seguir un curso de formación en enseñanza de español como lengua extranjera: además de subir tu puntuación en los baremos, te ayudará a la hora de preparar las clases.

El Instituto Cervantes propone muchos cursos sobre didáctica de E/LE a lo largo del año, así como una formación inicial semipresencial en verano. También hay formación privada que puntúa en la mayoría de baremos, como los cursos de Cálamo & Cran, que se pueden cursar tanto de forma presencial como a distancia y están reconocidos por la Universidad Europea.

Otra opción, si de verdad te interesa la docencia y no te importa esperar un año más, es cursar un máster. El Instituto Cervantes colabora en los másteres de la UNED (Universidad Nacional a Distancia) y la UIMP (presencial, pero con la particularidad de ser impartido durante dos veranos consecutivos). Por otra parte, existen otras universidades que imparten másteres presenciales como la USAL (que se sitúa en primer puesto en el ranking «250 máster» del periódico «El Mundo») o la UAH (en cuarto puesto de esta clasificación, precedida por la UIMP).

Como ves, el programa Erasmus no es el único que te puede ayudar a pasar un año en el extranjero practicando tus idiomas de trabajo. En definitiva, si decides no irte, ¡no será por falta de opciones!